Pía ha dado por roto su matrimonio con Arturo y, aunque seguirá viviendo bajo el mismo techo, se alía con Martín para hundirlo. Además, tampoco quiere saber nada de Inés.
En comisaría, Isabela, una militante comunista amiga de Fernando Solís, es sometida a un duro interrogatorio por el cruel policía Ricardo, cliente de Le Ciel.
El agente no tiene ningún tipo de piedad con la detenida a la que quiere sacar información del partido. Ella se muestra impasible lo que pone cada vez más nervioso al hombre. "Te haré hablar quieras o no".
El caradura Quique comete un error al regalar a Leonor la pulsera que robó a Sebas. Una joya que a Pedrito le resulta familiar, y hace todo lo posible para que su madre la vea y confirme que es la suya.
Sin embargo, la hija de Manolita y Marce se niega a creer que su chico sea un ladrón. De poco sirven las explicaciones de Pedrito en El Asturiano, donde logra quedar con ella.
A Felisa tampoco le gusta Quique y hace todo lo posible porque su hijo y su prima pasen el mayor tiempo juntos. De todas formas, la mujer sigue preguntándose como pudo llegar la pulsera a manos de la adolescente.
Héctor y Asun se han quedado sin clientes por la presión de Ramiro Pardo. Por suerte, Anselmo ofrece a Perea trabajo en una aseguradora, pero le advierte: “No quiero mujeres en mi empresa”. Solo Marce conoce el secreto de Perea...
El detective le oculta a su esposa el requisito que le han puesto en la aseguradora para traabajar, y redacta a escondidas su currículum. En casa, nadie sospecha de él.
Por miedo a verse solo, Vicente se esfuerza en ser un esposo modélico, pero Emilia lo saca pronto de sus casillas. “Ya puedes aprender a lavar y planchar”, ríe irónica.
Inesperadamente, la Policía detiene a Daniel. “Estoy en libertad provisional por un hecho del pasado. Me iré mañana del hostal para evitarte problemas”, explica a Belén.
Luego la pareja acaba besándose nuevamente, pero cuando están a punto de llegar a algo más, él se echa atrás. “No debemos precipitarnos y menos en mi situación”, explica misterioso. En pocos días se conocerá su verdadero secreto: es sacerdote, aunque está viviendo una crisis de fe.
Instalada en la plaza, Alicia ha congeniado muy bien con Inés, pues comparten los mismos ideales; lo único que parece separarlas es Martín, cuyo nombre tensa a Peña, mientras que Saavedra insiste en que es un magnifico abogado.
Martín se reune con Inés y antes de sentarse con él se cruza con Mauro. El fiscal siente celos al verlos juntos.
Luego Mauro se marcha a ver a la marquesa, a la que intenta camelarse a la aristócrata para que adquiera a un elevado precio las joyas que le dio su madre, pero la adinerada aristócrata impone una insinuante condición: “Jovencito, me las quedo encantada si tú estás incluido en el paquete…”.
Tras días sin saber nada de él, Eusebio toma la decisión de llamar a Mauro y proponerle quedar. Quiere arreglar las cosas con su hijo, pero sabe que no le resultará fácil.
La presión lleva a Mauro a aceptar la proposición de la marquesa y pasa la noche con ella. Avergonzado, no será capaz de contarle a Tomás lo que ha tenido que llegar a hacer. Tampoco Sonia sabe nada de lo sucedido.
Una pelea con Fredy impide a Mauro acudir a la cita. Harto, el empresario toma una drástica decisión. “Voy a cambiar el testamento. No se merece nada nuestro”, asegura a Josefina, que no consigue hacerle cambiar de idea.
En cuanto a la relación de Leonor con Quique, disgusta tanto a Felisa que comenta con su prima el tema de la pulsera. Al enterarse, Marce prohíbe a su hija volver a ver al chico.
Isabela se muestra firme en el interrogatorio, por lo que Ricardo pasa a métodos más crueles y la viola.
Tras fracasar como ‘amo de casa’ y harto de las burlas de su mujer, Vicente visita a Eusebio con una clara intención: “Por una respetable cantidad saldré de vuestras vidas para siempre”. Pero su cuñado se niega y se burla de él.
Al ver a su amiga un poco baja de ánimo, Inés anima a Macarena a que participe en los asuntos del bufete. "Te vendrá bien empezar a ejercer de abogada".
Tras un encuentro con un cura, Daniel acaba sincerándose con Belén: “No he podido evitar enamorarme de ti, pero debes saber que soy sacerdote”. Pero la viuda le dice que no le importa su pasado.
Carmen también sufre presiones, en su caso de Pardo, y tras descubrir que le han robado su valiosa agenda, se ve obligada a cerrar Le Ciel una temporada. Al conocer la noticia, Leo hace las maletas y decide volver al asilo.
Finalmente, Héctor se sincera con Asun: “En la aseguradora no hay trabajo para ti”. Por si fuera poco, le pide que no siga ella sola como detective: “Sería una locura”.
Pero cuando más desesperados están, a Asun la llaman de una editorial para ofrecerle un empleo. "Saldremos adelante", terminan haciendo las paces.
Asun cuenta a su madre lo sucedido. "Nos han quitado la licencia de detectives, tenemos que empezar un nuevo camino", dice. Felisa se queda muy preocupada y promete ayudarlos en todo lo posible.